Historia del Perro de Agua Español
El perro de Agua Español, o Turco Andaluz, como también se le conocía antiguamente, es una raza muy arcaica, asentada en nuestra península desde tiempos muy lejanos, cuya historia y origen, a día de hoy, no está totalmente clara.
Existen pinturas y grabados de hace muchos siglos en las que se pueden ver unos perros un aspecto rústico y ese pelo rizada tan característico con un parecido asombrosos a los ejemplares que hoy conocemos.
Hay varias hipótesis sobre su origen y entrada tanto en los territorios de la península ibérica como en el resto de Europa, de un perro funcional y morfológicamente similar al perro de Agua que hoy conocemos.
Una de las teorías probables es que fue introducido por el sur de la península (Al-Andalus) durante la invasión Islámica, alrededor del año 711, y que desde este punto se extendió al resto de territorios Europeos. Ya en esas fechas se cree que realizaba labores de pastoreo y de asistencia a la caza.
Otra creencia es que el antecesor del Perro de Agua llegó entre el siglo XVIII y el XIX con los barcos Turcos, embarcados en las naves que comerciaban con el ganado merino en Australia. De esta hipótesis le viene al Perro de Agua su otro nombre, el Turco Andaluz.
Una tercera opción sería que perros de características similares, venidos de diferentes sitios y en los anteriores periodos descritos, formaran una población que una vez asentada en el sur de la península, gracias a su dureza, funcionalidad y evidente versatilidad, dieran lugar a los principios de la raza que hoy conocemos. Posteriormente, una vez este perro se extendió por otros territorios, debido a la distinta selección del hombre y su aclimatación a las distintas zonas, originó tanto al Perro de Agua Español que hoy conocemos, como a sus “primos” los Perros de Agua Portugueses, al Barbet, Puli Húngaro, además de otras razas de perros con características tanto funcionales como morfológicas similares.